Álvaro Delgado (Montevideo, 11 de marzo de 1969) descubrió su vocación
por la política en la militancia gremial universitaria, cuando estudiaba
Veterinaria en la Universidad de la República (de la que egresó en
1995).
En 1984, con las elecciones y la apertura democrática, Álvaro se acercó
al acto de regreso de Wilson, un episodio que le influyó profundamente y
al que más tarde describiría como “tocar el cielo con las manos”. La
militancia gremial le marcó el carácter, un estilo de administrar las
discrepancias, de buscar las coincidencias y, sobre todo, de dialogar
mucho.
Como Inspector General de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social (desde el 01/03/2000 al 15/12/2004), Delgado defendió y protegió
el derecho de los trabajadores, se relacionó con sindicatos y
empresarios, evidenció la importancia del diálogo para resolver los
problemas, y aprendió que “nada está arreglado hasta que todo está
arreglado”.
Más adelante, fue electo diputado por el Partido Nacional para el
periodo 2005-2010 y 2010-2015, y senador para el periodo 2015-2020.
Cuando fue nuevamente electo senador en 2020, Delgado renunció a ese
puesto para aceptar la responsabilidad de ser el Secretario de la
Presidencia de la República Oriental del Uruguay, acompañando a su
amigo, compañero de ruta, y presidente Luis Lacalle Pou.
Delgado, ya tenía una larga relación con Lacalle Pou, con quien en 2009,
había fundado el sector Aire Fresco del Partido Nacional, que representó
la columna vertebral de la candidatura a la Presidencia del mandatario.
Delgado se desempeñó como Secretario de Presidencia desde el 1/03/2020
hasta el 21/12/2023 y redefinió ese rol, al actuar como un jefe de
gabinete. Así, coordinó el trabajo de los ministros, lideró grandes
proyectos (como el Plan Avanzar, que apunta a dignificar la vivienda de
más de 50 mil uruguayos que viven en asentamientos, y el Proyecto
Arazatí, que garantizará el acceso a una nueva fuente de agua potable
para el área metropolitana del país, entre otros) y fue un guía
fundamental en situaciones adversas como la emergencia sanitaria y la
hídrica.
Su comunicación clara, tranquilidad, franqueza, así como su capacidad
incansable de trabajo, para generar soluciones y gestionar en la calma y
en la adversidad hicieron de Delgado el candidato natural para asegurar
la continuidad de un rumbo que inició en 2020 con el Gobierno de Luis
Lacalle Pou.
De hecho, el papel fundamental de Delgado en el manejo de la pandemia,
su empatía, y capacidad de conectar con la gente hicieron que se
empezara a hablar de él como un posible futuro como candidato
presidencial para las elecciones de 2024.
A fines de 2023, Delgado aceptó ser candidato y en diciembre renunció a
la Secretaría de la Presidencia para abocarse de lleno a trabajar para
ser el candidato del Partido Nacional, el candidato de la coalición, y
el presidente de todos los uruguayos.
Su sueño es que el país siga avanzando hacia un país más unido y lleno
de oportunidad.
#SigamosCambiando.